I - Dueña de tu cuerpo

El Jardín de Lilith apoya y siempre apoyará el oficio de la sagrada prostitución. El llamado en tiempos modernos como trabajo sexual. ¿Pero qués es este oficio que a veces con sorna y otras con verdad se le llama el más antiguo del mundo? ¿Es relevante en el feminismo?

En la posesión de la propia sexualidad, como de tu propio cuerpo, emociones y mente, la persona se convierte en única dueña de la decisión que le haga ejercer este oficio. ¿Pero es realmente un oficio, una profesión? El mayor enemigo de Venus y Eros es el estigma.

La prostitución como el resto de oficio erótico o carnal está sujeta a la percepción de una supuesta responsabilidad. Con Dios, con nuestra familia de sangre, con la sociedad. Lilith no abandonó Edén para que sus hijes se dejen someter a tales caprichos. Vivimos sometidos al gobierno de la vieja moral, incluso tras las máscaras de la modernidad, Lilith está atrapada en el laberinto de voluntades ajenas.


"Haz tu voluntad: será toda la ley" - Thelema

II - Ars Erotica

El Jardín de Lilith defiende el uso artístico y creativo del cuerpo y su sexualidad como elementos de protesta, exaltación, exploración e incluso beneficio material. El Arte es la expresión más brillante de la humanidad y como tal debe tratar toda su realidad. La realidad de la belleza, de los sentidos y de las emociones. Realidades invisibles, escondidas en cada rincón de nuestra piel.

Los medios son irrelevantes. Pintura, fotografía o grabación. Sea la mera desnudez o sea el puro acto de la fornicación. Sea una celebración de placer o el travieso juego de quienes exploran los límites del dolor. Cada acto, cada performance, se une a la biblioteca de la humanidad, la más grande de todas.

Y todo arte enriquece a quien lo consume, con su mirada y tal vez oídos, aunque quien sabe que otros sentidos podrán llegarse a extasiar. La censura nunca será aceptada ni tolerada a ojos de Lilith.


"Poesía... eres tú." - G. A. Bécquer

III - Empátheia

El Jardín de Lilith cree en el poder e inmenso valor de las relaciones humanas, especialmente tanto carnales como emocionales. El trabajo sexual es sagrado en cuanto permite alejarnos de la mediocridad y acercanos, sea con éxtasis o la simple felicidad, a un mejor espacio.

El concubinato empoderado es libre y por ello sólo se ejercerá por deseo y voluntad de la persona. Eso significa que no hablamos de algo sórdido y ausente, si no de un verdadero enlace entre dos personas. El contrato emocional tiene un gran peso aquí.

De la misma forma todas las que ejercen, sea espectáculo o acompañamiento, deben saber que no deberían ni pueden enfrentar esta vida soles. Sororidad también entre profesionales del placer.

Entre todes creamos un mundo justo, un mundo menos gris, un mundo brillante y real. Nuestro mundo. Nuestro Jardín.


"Sentimos, luego existimos."